La crisis política producida, por el espionaje descubierto, nos lleva a reflexionar sobre dos aspectos. La seguridad del Estado, o un Estado seguro, y la seguridad de una Nación, o una nación segura. Se ha priorizado el primer elemento, más no el segundo. Sin embargo, un Estado que sólo mira su seguridad y no de la nación, es precario y débil. La seguridad de la nación es el fin de un Estado, y, una nación es firme dentro de un territorio, no en un estado nómada.
Existen situaciones que por seguridad de la nación el Estado debe tratarlo en sus niveles, es el caso de lo sucedido con el espía descubierto, no debió tratarse por los medios de comunicación como si fuera un escándalo más. Las situaciones que está generando son paradójicas, propias de malabaristas en la cuerda, creyendo que el pueblo es ingenuo para no darse cuenta de todas las implicancias del problema.
El tema ya está a la luz, al salir de la oscuridad, sin las medidas correspondientes, pone de manifiesto, lo que a lo largo de la historia se ha dado, los dos lados del poder, la informalidad del poder, lo oscuro y lo manifiesto, lo formal y lo informal, lo legal y lo ilegal. La lección es clara, el problema es de fondo ¿por qué un peruano traiciona a su patria? ¿estamos preparados para una eventual conflicto armado? ¿estará segura la nación con los actos de su estado?.
¿Qué somos?: una civilización naciente, que nace luego de cinco siglos de mezcla. La mezcla ha culminado, la síntesis de algo nuevo ha surgido. Somos la nueva civilización latinoamericana, somos en el Perú el Nuevo Tahuantinsuyo, como civilización surgida a partir de la superación, de la negación de la mezcla cultural y física, donde su núcleo, sus fundamentos son elementos vitales, provenientes del antiguo Tahuantinsuyo.
Lo que nos da identidad no es lo occidental, para nosotros los peruanos, nos viene del Tahuantinsuyo.
La valoración de nuestra identidad, es importante, lo sentimos cuando Machu picho es reconocido como una de las siete maravillas del mundo. El valorar, el darnos orgullo, reconocimiento, nos motiva comprender lo que somos, ser conscientes de nuestra identidad y nacer a la historia como civilización, con una misión civilizatoria, como en otros tiempos surgieron los incas.
A LA AMISTAD
(Pensando en Alfredo Madrid, Luis Alberto Castillo, Arturo Bolívar, César Riveros, César Botetano, Martha Guevara y otros compañeros en esa estación muy valiosa de mi vida)
Lo más importante
No es
Coronarse con los laurales del triunfo
No
Mil veces no
Lo más importante
No es
Recibir un autógrafo
De una actriz de telenovela
Tampoco
Ganar el premio de la lotería
O ver
Tu nombre en los periódicos
No
Mil veces no
Lo más importante no puede ser
El partido de futbol
Por la copa del mundo
Ni es
Vestir a la moda
Ni lucir el automóvil
Promocionado por la televisión
Lo más importante es
El sol de una sonrisa
Cuando
Se sienten las alas rotas
Y las palabras marchitas
Más importante aún
Es el silencio compartido
Observando fijamente
El crepúsculo marino
Si
Lo más importante es
El caminar
Sin importar llegar a la hora
Temprano tarde
Sino el viento que te acaricia
Y el paisaje que descubres
Frente a la alegría
Por la compra de una casa
Más importante es el descubrimiento
De tu propia casa en ti mismo
Frente a las horas
Repitiendo la lección
Más importante es
El minuto
Lento pausado e intenso
Viendo el baile de una flor
En fin
A una vida de obligaciones y deberes
De ambiciones y egoísmos
Más importante es
La muerte
Con una sonrisa en los labios.
César Javier
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