En la semana se esta debatiendo, la violencia de las barras, a propósito de la muerte de una joven, arrojada del vehículo público. El deporte de competencia, como el futbol, es ya una relativa sublimación de la violencia o el conflicto. Las barras no son sólo los espectadores, pasivos o neutros, sino, los hinchas que alientan a un equipo, viven, sueñan, sufren o gozan con los resultados de un partido Su razón está en el estadio, en el campo el juego, no las calles, fuera, no son barras sino pandillas, y no de barrio, su membrecía no está en función de un barrio, sino, supuestamente en un club de futbol, en realidad es una mezcla de hinchas y delincuentes, por tanto, esta metamorfosis social de una barra en pandilla debe analizarse.
El problema cuando afecta la vida de las personas, la propiedad, su tranquilidad, deja de ser deportivo, para ser un problema de Estado, de seguridad. Por tanto, el Estado tiene que resolverlo, tomar las medidas necesarias para superar el problema. Si una raíz está en los equipos de futbol, hay que cortar esa raíz, planteando reglas. En un corto, mediano y largo plazo, tiene que darse una solución. En el corto, el Estado debe impedir que los barristas formen en las calles pandillas. En el mediano y en el largo, es lograr encausar a la juventud por objetivos trascendentes, darles un sentido a la vida de esos jóvenes, sublimar, o superar sus energías en la realización de proyectos creativos. Es necesario el corto plazo pero si no se ve el mediano y largo plazo, el problema volverá con nuevas victimas.
A LA BELLEZA DE NUESTROS TIEMPOS
Es posible
Que estos edificios
Sean los cementerios
Donde hallamos
Sepultado a la belleza
Sin embargo
Si observamos con paciencia
Inmóviles
Silenciosos
Atentos
El sol reflejándose en las ventanas
O a las cortinas ondear con el viento
Descubriremos
Estallidos de color
Luces danzarinas
Chisporrotear de ilusiones
A la belleza de nuestros tiempos
Es posible
Que estos ómnibus
Trenes
Aviones
Buques
Sean las naves del desamor
Carrosas funerarias
Donde se pasea
Muerta la belleza
Sin embargo
Si observamos sus entrañas
Descubriremos
La multiplicación de la luz
Al sol y a la luna
Prisioneros en unos hermosos ojos
Bosques encrespados
Cataratas de cabellos
Suspendidas
Ríos desbocados
De deseos
Frutos palpitantes
Y comprenderemos
Que la belleza en nuestros tiempos
Es tarea laboriosa
Un escalar arduo
Un descender paciente
Y siempre
Se mantiene el riesgo
De convertir el corazón
En la tumba
De la desilusión
La frustración
Y la desesperanza.
César Javier
UNA NOTA
lo escribí el 3 de diciembre el año 1991, me ha hecho nuevamente reflexionar, es posible que cambiara el texto, pero, no quiero traicionar a ese yo, por tanto, lo trascribo igual:
la envidia es obsesión de poseer lo que otro posee, o ser como otro, tener lo que el otro tiene. Extirpar ese sentimiento requiere no conformarse con lo que uno tiene sino en ser libre en relación a toda propiedad.
UN PAISAJE PARA REFRESCARSE EN EL CAMINO
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