El problema de las pandillas juveniles esta en el tapete, junto a la delicuencia y al consumo de drogas. Los vecinos lo manifiestan como un problema de seguridad a sus respectivos alcaldes en rpp.
El tema requiere un trato especial, merece tratarse en forma separada, cada fenómeno social mencionado es diferente en sus raíces sociales, por tanto, su esclarecimiento y sus mecanismos de soluciones requieren de fundamentos teóricos y metodologías diferentes. Comenzaremos con el problema de las pandillas de jóvenes.
Todo problema para ser tratado científica y técnicamente requiere de un marco teórico, de una fundamentación, en este caso es con la teoría de lo Social. Todo proceso social tiene dos movimientos, los correspondientes al desarrollo histórico (filogenético), y los correspondientes a la reproducción lógica del desarrollo social (ontogenético), Por ejemplo, el lenguaje, históricamente se ha desarrollado en miles, y cientos de miles de años, se inicia con de la horda defensiva en sus procesos de recolección, este proceso se reproduce, en la familia, en cada nuevo miembro de la sociedad, en tres o cuatro años. El proceso del choque de las hordas ofensivas, de guerras de hordas, se dio en un largo proceso, de la división y multiplicación de la sociedad. Este proceso, ya no es necesario, pero, se reproduce en forma recreada, modificada, en las competencias deportivas de equipos, el fútbol, el básquet, y, otras competencias de enfrentamientos, reproducen en forma de juego, deporte, este hecho social. Las pandillas juveniles es una reproducción espontánea, no sublimada, de los enfrentamientos de las hordas, quién conozca o haya vivido esta experiencia, comprende que esa violencia social es competencia, por territorio, por reconocimiento, tiene sus reglas, sus lideres, sus rituales. El espectador, o las personas ajenas a esto, es natural que sienten miedo, pero, estos enfrentamientos no es de delincuentes, puede ser ilegal, puede ser informal, puede ser violento, pero, no es un hecho delincuencial, salvo que estemos hablando de pandillas de asaltantes, aquí estamos viendo a jóvenes, adolescentes y hasta niños formando pandillas. Es un error si no se reconoce su raíz histórica y se plantea sólo como un problema policial. Las pandillas juveniles pueden superarse en el deporte de competencia, de enfrentamientos de equipos, es necesario generar las motivaciones, los recursos, o los medios, la organización que lo hagan realidad, fundamentalmente organizar estas competencias deportivas con la población.
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En lo referente al proceso ofensivo, la sociedad se desarrolla tanto por la diversificación de los procesos ofensivos, por la generación de sistemas de ataques, como por el proceso de perfeccionamiento del proceso de producción de armas, del desarrollo de sus técnicas. El proceso social ofensivo encuentra su acicate en los procesos migratorios de las hordas. Mientras la sociedad dependa de la caza, el proceso ofensivo prima o es dominante, se impone, marca el ritmo y las costumbres de la horda, los sentimientos, las relaciones interpersonales. El miembro de la horda es el modelo de miembro para los nuevos, que, se preparan para integrarse a los sistemas ofensivos.
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El ritmo de la horda, sus alejamientos y acercamientos respecto de la caverna es constante, para el proceso de la caza de alimentos, la horda se expande, culminada la caza la horda se comprime, alejatse y recogerse, girar en torno a un eje, en forma sistémica, acorde al ritmo de la caza. Los miembros se alejan y regresan, se adentran y se expanden en busca de cazar el alimento. La característica de la horda ofensiva como sociedad es: los varones se alejan, las mujeres esperan, cuidando a los hijos, o recogiendo vegetales para el alimento. La horda tiene esta forma de ser, un movimiento de repulsión en la caza de atracción en la caverna.
SIN PROYECTOS
Hoy
Quiero ser
Sin proyectos
Como barco a la deriva
Sin caminos
Caminante perdido
Delirante ahíto de belleza
De pasión y vida
Quiero ser
Potro salvaje
Flecha perdida
Cruzando imposibles
Hiriendo corazones insensibles
Y luego
Jadeante
Aquietarme lentamente
Hasta ser
Espejo de paz
Vaso de agua fresca
Mar tranquilo
Sintiendo
Al sol bañarse
Luminoso.
(César Javier)
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