Cada año el Estado aprueba un presupuesto (pre- supuesto, ni siquiera es un supuesto sino un pre supuesto, en rigor, una pre hipótesis) de la proyección de los gastos, o inversiones, a realizarse en el año proyectado.
El actual presupuesto bordea los 71 mil millones de soles, puede parecer mucho o poco, si se observa comparativamente, es grande en relación al presupuesto de una familia, o pequeño ante el presupuesto de otros Estados, e incluso de organizaciones como las Cajas de Pensiones de los Trabajadores de los Estados Unidos (como advierte este fenómeno singular Drucker), la más grande Caja mueve, en capitales activos, tres veces más del presupuesto del Estado peruano.
Si el monto es importante, entonces debe tenerse en cuenta determinados criterios metodológicos para poder operar en la sociedad moderna actual, donde el intangible conocimiento es el principal recurso y poder de la sociedad, que, al parecer olvidan o obvian los poderes del Estado.
El primer punto es saber a quién pertenecen esos 71 mil y picos de millones de soles, ¿al Estado? ¿Al pueblo peruano en general? Al parecer este punto se obvia, se olvida intencionalmente, pero, es vital esclarecer para determinar la responsabilidad, los mecanismos, la dirección, los objetivos para la elaboración y el gasto de un presupuesto. Si cree que el dinero es del Estado, eso es una falacia. Si se ve el origen, la procedencia, del dinero a pretende recaudar, entonces, resolvemos el primer punto respecto al Presupuesto.
El origen es el dinero de las contribuciones, o los impuestos recaudados por el Estado, quien da un impuesto, no está regalando su dinero al Estado, como un donativo o una limosna. Ese dinero es para que el Estado cumpla su función esencial en la sociedad. El recaudar contribuciones, no hace al Estado propietario sino depositario del dinero del pueblo peruano, y comprender eso es vital.
Por tanto, la responsabilidad del Estado es ante el pueblo, el verdadero dueño, o propietario del dinero presupuestado.
Lo curioso es ver a los órganos del Estado, a sus representantes, funcionarios, en una disputa en torno al presupuesto del Estado, como dueños, representando intereses particulares, dados a la corrupción, haciendo alianzas, en una lucha de poderes en torno a la torta del presupuesto.
El propietario del dinero a recaudar es un convidado de piedra, marginado en esta distribución del presupuesto. Esos millones de micro empresarios, por ejemplo, que cumplen con sus impuestos, o los millones de consumidores que pagan impuestos (siempre al consumidor se le recarga el impuesto, o todo impuesto), el pueblo peruano, no interviene en la elaboración del presupuesto de la nación. Esa sería la primera reflexión sobre el presupuesto que está a punto de aprobar el Congreso de la república. Ellos son responsables no propietarios, para eso se les paga, del buen uso del dinero del pueblo.
Cuentan: Atahualpa, prisionero, hizo escribir Dios en la uña de su dedo pulgar, lo mostraba a los soldados, y descubrió que Francisco Pizarro no sabía leer, lo desprecio. No comprendía como un líder sea menos que sus subordinados. Cierta o no esta historia, el hecho fue que Pizarro no sabía leer ni escribir, y dirigió la conquista y destrucción de la civilización del Tahuantinsuyo.
Un conquistador analfabeto simbolizó las diferencias fundamentales, entre las civilizaciones que colisionaban, en relación al conocimiento y la conquista. Para los españoles la conquista fue aventura en pos del oro, para los incas la conquista una misión para llevar conocimiento y progreso. Por qué esas diferencias.
CONJUGUEMOS EL VERBO ADMIRAR
Conjuguemos el verbo admirar
Con los ojos
Las orejas
La nariz
La lengua
Los dedos
Y el pensar
Admiremos ahora
Si ahora
A los ojos emerger
Vigías y mensajeros
Movedizos e inquietos
Reflejando
Amaneceres y crepúsculos
Deslizando o irradiando
Lágrimas o sonrisas
Emitiendo o captando
Señales de amor u odio
Admiremos ahora
Sí ahora
A las orejas
Que aguardan escuchar una voz
Aeropuertos de seres multiformes
Que nos traen tripulantes adiestrados
Mensajeros musicales
Intermediarios
De aventuras y desventuras
De recuerdos y esperanzas
Meta de pilotos rutinarios
De náufragos no esperados
Admiremos ahora
Sí ahora
A una nariz oler flores
Movedizas cavernas prehistóricas
Aspiradoras de la vida
Del frescor cálido de un cuerpo
De hierbas y pasteles
De bosques y brisas marinas
Admires ahora
Sí ahora
A la lengua serpiente movediza
Prisionera en torres blancas
Forjadora de perfumes y de odios
Aspa del molino de la vida
Mensajera de sabores
Admiremos ahora
Sí ahora
A los dedos acariciar ternuras
Montes o valles salvajes
Diplomáticos o guerreros
Desplazando a sus diez lebreles
Ladrando o lamiendo
Cabellos agiles
En tu encrespada cabellera
Automóviles de este lapicero veloz
Caminantes que siempre recorren tus senderos
Y siempre susurran a una piel
Ternuras e ilusiones
Admiremos ahora
Sí ahora
A el pensar
Fabricantes de ciudades
De historias verídicas o ficticias
Constructores de fantasías y leyendas
Remodeladores del recuerdo
Actores de mil aventuras silenciosas
Representando a la vida y sus imposibles
Admiremos siempre admiremos
Ahora
Sí ahora y para siempre.
César Javier
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