RECTA FINAL
ELECCIONES 2011:
LOS DOS PLANOS DE
LAS CAMPAÑAS
Las llamadas “campañas electorales” del proceso 2011, se desarrollan en dos planos, el primero es de la política del pasado, o del desfase, que, por ello se desarrolla en el vacío histórico, al final sólo son ilusiones o espejismos, el segundo plano corresponde a la política moderna, de los intangibles o de los posicionamientos y de las tendencias. Ambos planos parecen interrelacionarse, sin embargo, no existe una correlación esencial entre ambas, se dan paralelos y sin conexión.
En el plano de la política del pasado las campañas son sólo ilusiones, todos los rituales y tensiones, moviéndose en lo tangible, o en lo visible dan cero o crecimientos microscópicos en los posicionamientos, es decir, su efecto es imperceptible en el segundo plano de la política moderna, que es de los posicionamientos. Cuando se hacen campañas electorales sin tener presente el posicionamiento (que es lo que define en la política moderna una elección), entonces todos los esfuerzos son inútiles, sin embargo, todos los candidatos pretenden que sus campañas se reflejen en las encuestas que es el termómetro del posicionamiento.
Desde el primer plano es definitivamente incomprensible o inexplicable que los mítines multitudinarios, los recorridos en caravanas por calles y mercados, donde los candidatos se tensan, dan discursos, bailan, comen, y los operadores gritan, aplauden, pegan afiches, reparten volantes, hacen pintas, y otros actos, en lugar de hacer crecer el posicionamiento de los candidatos, o avanzar en las encuestas, estén congelados y hasta decrezcan.
El caso de PPK, el candidato de una gran alianza es ejemplar, hasta el momento lo único que ha crecido, luego de estos afanes de campaña, es su estómago. Si hubiera permanecido inmóvil, su situación sería igual en las encuestas. El caso extremo es de los candidatos sin posicionamientos, sus campañas moviéndose en el plano de la política del pasado es estéril, aparentan gozar de vida, pero, al ver el plano de la política moderna, a pesar de sus febriles campañas están en menos 1 % de posicionamiento, es decir, son cadáveres que creen gozar de buena salud, esperando, en el escenario de caos, se produzca un alud de posicionamiento, como en el caso de Susana Villarán en el proceso del 2010.
En la política moderna, estas ilusiones y paradojas encuentran explicación, en primer lugar, las campañas en este plano, así debe llamarse al despliegue de una organización para llegar a ganar una elección, no son cortas, duran entre 4 o 5 años. En el plano de la política moderna el campo de batalla, a diferencia de la política del pasado, no son exclusivamente las plazas, las calles o lo mercados, sino principalmente las mentes de los ciudadanos, y son millones las mentes, por esta gran magnitud una campaña tiene que ser necesariamente prolongada, no de última hora.
En el plano de la política moderna la inscripción de un partido debe ser parte de la campaña y no sólo un requisito legal, es decir, un intento de llegar a la mente de los electores, a pesar, que cumplirlo equivaldría sólo al 1% de los electores. El no comprender esta acción de posicionamiento desde el inicio y hacer de la recolección de firmas un mercado, o una suerte de trueque de firmas por artículos de primera necesidad, sin el esfuerzo de llegar a la mente de los electores, da por resultado el lanzamiento de cientos de organizaciones en el agujero negro.
Si observamos con objetividad el proceso 2011, nos percatamos que quienes están en los tres primeros lugares comenzaron este despliegue hace 5 años, apenas culminado el proceso anterior. Sus posicionamientos son detectados por las encuestas luego de tres años de iniciado, aparecen como aluviones, por ser una mezcla y un fenómenos natural, desde entonces han permanecido casi inmóviles. La ventaja alcanzada en posicionamiento desde hace 2 años no es fácil de superar, menos en una supuesta campaña corta en plazas y mercados.
El caso del Partido del FONAVI, por tener por base una asociación representando a millones de peruanos, inscritos en el fondo nacional de vivienda, ( con el fin de reclamar la devolución de sus aportes), es una muestra de las ilusiones de una campaña política desfasada, sobre sus cálculos de intención de votos. Ya el proceso anterior demostró el error de creer que los millones del FONAVI son votos cautivos para su candidato, el resultado fue inobjetable, menos del 1% de la votación, en esta oportunidad se vuelve a creer en lo mismo, hasta el momento, el candidato del FONAVI, a pesar de la campaña política realizada tienes menos del 1%. El problema es desconocer la importancia del posicionamiento, la confusión es total, la única explicación es el plano de la política moderna: el Partido del FONAVI es casi inexistente en la mente de los electores, esa su su verdadera realidad política.
Desde el plano de la política desfasada observamos que la campaña del 2011 se concentra en las plazas, en los mercados, en las calles, y repartir volantes, pegar afiche, poner paneles, con la creencia que pueden generar posicionamiento, sin embargo, todos estos rituales no hacen subir el posicionamiento de los candidatos. En el plano de la política moderna todos estos actos no dan posicionamiento sino sirven sólo para afianzar el posicionamiento, por estos medios, los ciudadanos re-conocen lo que ya está en su mente. Es imposible en este carnaval multicolor de propaganda que el elector puede retener once candidatos presidenciales y cientos o miles de candidatos al congreso, sólo reconoce lo que ya está en su mente.
Es un problema para quienes hacen de estrategas en las campañas la inmovilidad en el posicionamiento de sus candidatos, a pesar de todo el bullicio de sus actividades, sin embargo, este fenómeno se explica desde el otro plano de la política, del posicionamiento, estas campañas sólo llegan al 3 % de los electores, a lo sumo al 5%, queda un 95% de ciudadanos cuyas mentes están fuera de las campañas. A los mítines concurren los que ya están convencidos, la gran mayoría de los electores no concurre a estas manifestaciones, están en sus casas, en sus oficinas, centros de trabajo, negocios. Así se tiene un escenario electoral donde se disputan al 3% de los electores 11 agrupaciones políticas. Desde la perspectiva del crecimiento del posicionamiento estas campañas son estériles o de resultados microscópicos.
El crecimiento del posicionamiento de Alejandro Toledo, candidato de Perú Posible, captado por las encuestas, es aluviónico, no es fruto de ninguna estrategia de campaña, esta impulsado por la poderosa tendencia de la identidad. En el escenario del 2011 existen dos candidatos que tratan de impulsarse e identificarse con la tendencia de identidad, Ollanta Humala y Alejandro Toledo. Lo que Ollanta pierde lo gana Toledo. El problema: Humala desperdicio 5 años como oposición, en el plano de la política moderna está figura no existe, es contradictoria con el posicionamiento, todo lo contrario lo inmovilizó mientras surgían los aluviones de Keiko Fujimori y Luis Castañeda, y, cuando Ollanta, en una campaña corta, en plazas, mercados, caminatas, trata de mostrarse con una figura formal u occidental, se vuelve incoherente con la tendencia de identidad, así, bajo estas formas su posicionamiento esta inmóvil. Sus asesores han confundo los procesos, no entienden de tendencias. Y el ganador de estos desaciertos e incoherencias es Alejandro Toledo. La única forma de crecer de Ollanta Humala será a costa de la caída de Toledo, cosa no improbable en los escenarios de caos, siempre y cuando se den en el proceso factores intervinientes que hagan estallar el posicionamiento de Toledo.
UNA FRASE PARA LA JORNADA
Sin oscuridad no habría sueños
Karla Kuban
ARTE: FORMA Y COLOR
PARA SONREIR
Le pregunta un hombre a su amigo:
-¿Ya leíste el libro que te regalé?
-No fíjate que desde que murió mi abuela no he podido leer por las noches como acostumbraba.
-Cómo, ¿Tanta pena te causó?
-¡No, hombre! Lo que pasa es que heredé su televisión.
Selecciones Reader’s Digest – Febrero del 2000
EROS Y TANATOS